Historia de la Hermandad

Orígenes de la Hermandad del Rosario

Se desconoce la fecha de construcción de la Capilla y el motivo por el que le fuera dedicada a la Santísima Virgen en su advocación del Rosario, pero hacia el año 1.711 se sabía que existía desde tiempo inmemorial una Ermita o Capilla en el entonces reducido casco urbano, donde se celebraba cada domingo una misa para evitar al pueblo las molestias de tener que subir a la Iglesia Conventual Franciscana, que servía de Parroquia. En dicha Capilla estaban las actuales imágenes de Ntra. Sra. del Rosario, San Francisco y Santa Lucía.
Existió una Hermandad primitiva de la Virgen del Rosario, de cuya fundación, funcionamiento, reglas y validez canónica, no hay noticias, pero que debió ser muy anterior al año 1.870. Igualmente se desconoce la fecha en que dicha primitiva Hermandad quedo extinguida, las causas que motivaron dicha extinción y el paradero de sus primitivas reglas, pues según tradición oral, la Hermandad se disolvió por desavenencias entre las hermanas.

Reorganización de la Hermandad

El Canónigo Don Fernando Olmedo recogió las aspiraciones de varias mujeres devotas del pueblo de reorganizar la Hermandad. El 8 de mayo de 1.876, el Párroco, Don Francisco de Paula Fuentes, eleva al Vicario Capitular una solicitud en la que Doña Concepción Fernández, Doña Andrea Gutiérrez y Doña María Cárdenas, piden la reorganización de la Hermandad de Ntra. Sra. del Rosario. El 17 de julio del mismo año, el Vicario Capitular concede la autorización para que la Asociación suplicante pueda reorganizarse promoviendo el culto a la Santísima Virgen bajo la advocación del Rosario, procurando observar las reglas o estatutos por las que antes se regía, y en caso de no encontrarse, hacer otras nuevas poniéndose de acuerdo con el Párroco. El 22 de Octubre de 1.876 el M.R.P. Provincial Fr. Agustín Romero autoriza la reorganización de la Hermandad del Rosario de San Juan de Aznalfarache e instituye Director Espiritual al Párroco Don Francisco de Paula Fuentes.

Las nuevas reglas fueron redactadas y aprobadas el 17 de junio de 1.877, constando de 18 artículos. Los hermanos Don Fernando y Doña Ascensión Olmedo son los que por su prestigio y buena posición económica encabezan y dirigen la actividad de la Hermandad. El el año 1.879, y a expensas de Don Fernando, Doña Ascención y del Sacerdote de Sevilla Don Trinidad Mellado, se restaura la Capilla, consolidándose los muros, y para sostener las bóvedas se refuerzan los arcos centrales.

Los cultos que se celebran en honor a la Virgen del Rosario, llegan en esta época a su máximo esplendor pues en la Función Principal tomaban parte miembros del Cabildo Catedral de Sevilla, invitados por Don Fernando, así como músicos y cantores de la Catedral. En alguna ocasión tambien danzaron ante la Virgen los niños seises.

Decadencia, renovación y florecimiento

 En el espacio de 11 años desaparecen los tres principales puntales de la recién organizada Hermandad, Doña María Cardenas (1.898), Don Fernando Olmedo (1.902) y Doña Ascensión Olmedo (1.909), decayendo esta poco a poco. Sin embargo, pronto aparece una nueva figura señera, Doña Rosario Domínguez Sánchez, que es nombrada Hermana Mayor de la Hermandad, cargo que ocupará hasta el día de su muerte, ocurrida el 11 de febrero de 1.955.

En el año 1.928 el Cardenal Arzobispo de Sevilla, Don Eustaquio Ilundain Esteban, decide construir una nueva Iglesia Parroquial. La Hermandad del Rosario viene hasta esta fecha arrastrando una vida lánguida, pero el acontecimiento de la construcción de la futura Iglesia le hace reaccionar y un grupo de hermanas, entre las que destacan Doña Rosa Gutierrez Raynaud y Doña Rafaela Domínguez García, ante la perspectiva de que, al construirse una nueva Iglesia, la Capilla del Rosario quedase prácticamente cerrada al culto, proponen la reorganización de la Hermandad y así lo llevan a efecto en el tiempo record de tres meses, continuando Doña Rosario Domínguez como Hermana Mayor.

Decadencia en tiempos de la Segunda República

El día 14 de Abril de 1.931 es proclamada en España la Segunda República. Ese mismo año, por toda España se repiten los casos de incendios y saqueos a Iglesias. En este ambiente de persecución religiosa llega el mes de Octubre y la Hermandad desiste de realizar la salida procesional, pero organiza sus cultos en el interior de la Parroquia. La Virgen se lleva en secreto desde la Capilla a la casa de la Hermana Mayor, desde donde se lleva después a la Parroquia, en cuyo altar mayor se coloca para los cultos. Así se hará en los años siguientes.

Tras las elecciones de febrero del año 1.936 se recrudecen las persecuciones religiosas y el 25 de abril un grupo de militantes del Frente Popular asalta la Capilla y se presentan en casa de la Hermana Mayor, Doña Rosario Domínguez, diciendo que la habian ocupado porque la necesitaban como centro de reuniones y que si querían "los santos" que los retiraran. Don Antonio Olmedo, marido de Doña Rosario, pone uno de sus camiones y cinco operarios, para retirar las imágenes y demás objetos de culto. Al anochecer de aquel fatídico día, la Capilla de la Virgen del Rosario, profanada, se convierte en sede del Frente Popular.

La Virgen del Rosario, el relieve de la Santísima Trinidad, los ángeles lampareros y el vía-crucis fueron depositados en casa de Doña Rosario. El Corazón de Jesús con las pequeñas imágenes de la Virgen del Carmen y San Francisco de Paula, en casa de Doña Laura Tascón, en Sevilla. La Virgen del Consuelo, San Francisco, Santa Lucía y las pequeñas imágenes de San Joaquín, Santa Ana, Santa Inés y San Sebastian en la Parroquia con el resto de objetos de culto.

Los retablos fueron llevados a un corral a la salida del pueblo y utilizados como leña. El púlpito fue vendido como chatarra. Este fue localizado al poco tiempo en el mercadillo del Jueves de la calle Feria por Don José Gutierrez Rodriguez y traído nuevamente a la Capilla.

En el mes de octubre de 1.936, la Virgen del Rosario es llevada a la Parroquia desde la casa de la Hermana Mayor y colocada en el altar mayor, celebrándose un Triduo rezado y una Misa cantada el día 7. Después volverá a casa de la Hermana Mayor.

En el año 1.937 el nuevo Párroco, Don Joaquín Lara Teba, inicia un proyecto de restauración de la Capilla y hace que la Virgen, que se encontraba en casa de Doña Rosario Domínguez, sea llevada a la Parroquia y colocada sobre una mesa a modo de improvisado altar al lado izquierdo del Presbiterio. En el mes de agosto muere en Sevilla el Cardenal Arzobispo Don Eustaquio Ilundain y el Párroco deja pendiente el proyecto de restauración hasta la llegada del nuevo Arzobispo.

El nuevo Arzobispo de Sevilla, el Cardenal Don Pedro Segura, designa a Don Joaquín Lara para la Coadjudtoria de Pilas y para sustituirle llega el 4 de Diciembre el nuevo Párroco Don Manuel García Villeta, que deja el proyecto de restauración paralizado hasta que se presenten tiempos mejores. La Virgen del Rosario continuará en el improvisado altar de la Parroquia y la Hermandad seguirá con poca vida.

En diciembre del año 1.941, el retablo del Sagrario de la Iglesia Parroquial es trasladado al antiguo Convento Franciscano convertido en Casa Diocesana de Ejercicios, por lo que la Capilla del Sagrario queda vacía hasta que sea colocado el nuevo retablo prometido por el Sr. Cardenal, improvisandose un altar para la Virgen del Rosario.

En el mes de junio de 1.942, la Hermandad Sacramental se dispone a realizar la tradicional Procesión de las Fiestas Patronales, pero la imagen de la Virgen del Consuelo, que tradicionalmente acompaña al Santo Patrón, esta muy deteriorada, por lo que la Hermandad Sacramental de mutuo acuerdo con la Hermana Mayor del Rosario, deciden que la Virgen del Rosario salga en procesión en la tarde del domingo 28 de junio (desde 1.930 no salía la Virgen en procesión). Una vez terminada la Procesión y desmontados los pasos, la Virgen del Rosario pasa al altar del Sagrario en donde se ha montado el nuevo retablo, y allí permanecerá hasta 1.953.

Hasta que llegue 1.953, el culto a la Virgen del Rosario irá decayendo y la tradicional Novena se reducirá a un Triduo, pues la Hermandad, sin estar canónicamente extinguida, prácticamente no existe y será únicamente Doña Rosario Domínguez quien personalmente siga sosteniendo el culto y devoción a la Virgen del Rosario.

Fundación de la Asociación de la Virgen del Rocio

En el año 1.941, dos jóvenes del pueblo, Enrique Gutiérrez Rodríguez y Domingo Domínguez Villarán, durante la Romería del Rocío gestan la idea de dar culto a la Virgen del Rocío en San Juan. Al año siguiente, con la autorización del Párroco Don Manuel García Villeta, organizan la Asociación de la Visita Domiciliaria de Nuestra Señora del Rocío. Esta Asociación residirá provisionalmente en la Parroquia de San Juan Bautista hasta que se restaure la Capilla de la Virgen del Rosario, donde piensan establecer su residencia. Se construyen varias capillas con la fotografía de la Virgen del Rocío para la visita domiciliaria, y los artistas Don José Gutiérrez Rodríguez y Don José Jiménez Gómez pintan más tarde el cuadro que actualmente está en la Capilla, y para el que construyeron en la Parroquia el altar, propiedad de la Hermandad, que actualmente tiene un lienzo con la Virgen de los Reyes.


En el mes de marzo y como acto de fundación de la Asociación, se celebra una Misa cantada en la Parroquia y durante la homilía, el Párroco resalta que esta radicará en la Capilla del Rosario, que pronto sería restaurada. Pocos meses después se forma una Comisión presidida por el Sr. Alcalde y van a visitar al Cardenal Arzobispo de Sevilla para exponerle sus proyectos de restauración. Este no solo aprueba el proyecto sino que ofrece su colaboración con un donativo de 14.000 pesetas para el comienzo de las obras.

A principios de 1.944 comienzan las obras, empleándose el donativo del Cardenal en reformar la fachada y reparar los tejados, pero la Comisión no tiene más fondos y las obras quedan indefinidamente paralizadas. El contratista se apropia de la Capilla y monta un polvero. Al año siguiente traslada el negocio al local que ocupo la Caja San Fernando en la actual calle Antonio Machado y dedico la Capilla para almacén y cuadra.

En el año 1.947 se produce un gran desbordamiento del Guadalquivir y la Autoridad decide alojar en la Capilla a algunas familias procedentes del barrio de "El Manchón", que se han quedado sin hogar, permaneciendo en la Capilla hasta el año 1.952, en el que fueron trasladados a unas viviendas que construyó la Hermandad en la calle San José.

Fusión de la Hermandad del Rosario y de la Asociación del Rocío

La Hermandad de Rosario esta ya casi extinta y la Hermana Mayor, Doña Rosario Domínguez, es ya una anciana venerable de 84 años y a pesar de su amor a la Virgen y de su buena voluntad, ya materialmente no puede hacer nada. Por otra parte, las obras de restauración de la Capilla continúan paradas y casi olvidadas.

En el año 1.952 los componentes de la Asociación de la Virgen del Rocío piensan en una fusión con la Hermandad del Rosario y visitan en su domicilio a Doña Rosario para exponerle sus deseos. La fusión de ambas entidades se realiza con la autorización del Párroco. Desde este momento, se incorporan hermanos a la Hermandad, ya que hasta esa fecha la componian unicamente mujeres. Doña Rosario quedará como Hermana Mayor y Camarera Honoraria perpetua y la Hermandad se denominará en adelante como Hermandad de Nuestra Señora del Rosario y Virgen Santísima del Rocío. Llegado el mes de octubre, en la tarde del día 19 se celebrará solemne Procesión, diez años después de que la Virgen del Rosario saliera por última vez acompañando a San Juan Bautista. El entusiasmo es grande durante todo el recorrido y sobre todo se desborda cuando la Virgen pasa por su deteriorada y abandonada Capilla.

Todo este entusiasmo de la Hermandad y de los fieles devotos se encauza de nuevo hacia la restauración de la Capilla, creándose una nueva Comisión Pro-restauración, formada por el nuevo Alcalde Don Francisco Álvarez y la Junta de Gobierno de la Hermandad. La Comisión pide audiencia al Cardenal y este autoriza personalmente la reanudación de las obras de restauración de la Capilla, las cuales dan comienzo la tarde del 11 de enero de 1.953. Dichas obras se llevarán a un ritmo acelerado, para trasladar cuanto antes a la Santísima Virgen. Paralelamente a la restauración de la Capilla, el escultor Don Francisco Buiza restaura la imagen de San Francisco y las pequeñas imágenes laterales de Santa Inés y San Sebastian, los ángeles lampareros y el relieve de la Santísima Trinidad. El conocido artista Don José Gutiérrez decora parte de la Capilla y el testero del altar mayor.


Bendición de la Capilla y traslado de la Virgen 

El día 12 de octubre de 1.953 el Vicario General, Don José Domínguez Becerra, es recibido por la Hermandad, Autoridades y el pueblo de San Juan de Aznalfarache y procede a la bendición e inauguración de la Capilla.

Para el traslado de la Virgen a su Capilla, la Hermandad acuerda llevarla vestida de Pastora. La Hermandad Sacramental presta para la ocasión el paso de San Juan Bautista, que se había estrenado el año anterior. La Procesión salió el 18 de octubre de la Parroquia, dirigiéndose hacia el Barrio Alto y a su regreso la multitud con lágrimas en los ojos, presenciaba como por fin la Virgen del Rosario, entre vivas, aclamaciones, aplausos, cohetes, repique de campanas y a los acordes del Himno Nacional, entraba en su Capilla. Habían pasado más de 17 años desde que la Virgen saliera de su Capilla, aquel fatídico 25 de Abril de 1.936.


Muerte de Doña Rosario Domínguez

En la madrugada del 11 de febrero de 1.955 muere en su domicilio la Hermana Mayor y Camarera Honoraria perpetua Doña Rosario Domínguez Sánchez a los 87 años, habiendo estado 45 al frente de la Hermandad. La Hermandad asiste corporativamente a su entierro con estandarte y cuatro varas y acompañan al féretro cuatro hermanos con faroles. En Cabildo Extraordinario celebrado al día siguiente, se acuerda celebrar en la Capilla un solemne funeral y colocar en la pared del presbiterio una lápida para perpetuar la memoria de tan virtuosa señora. En su testamento dejó para la Capilla los altares e imágenes de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder y Nuestra Señora de las Mercedes y enseres pertenecientes a Don Fernando Olmedo que tenía en el oratorio de su casa.


Algunos hechos destacables de la nueva andadura

En el año 1.957, el escultor Don Francisco Buiza talla en madera un nuevo cuerpo para el Niño de la Virgen colocándole la misma cabeza.

En 1.962 el cargo de Hermano Mayor recae en Don Antonio Escobar González. Durante su mandato se hace el bordado del manto de salida y se estrena la Cruz de Guía y dos faroles plateados.

En 1.965 se elige como Hermano Mayor a Don José Domínguez, estrenandose durante su mandato dos incensarios plateados y tallando el escultor Antonio Eslava nuevas manos para la Virgen, ya que las antiguas estaban muy deterioradas.

En 1.968 el Cabildo de Elecciones designa como Hermano Mayor a Don Luis Bonal Medina. Durante su mandato se hacen seis nuevos candelabros para el paso de la Virgen y nuevas varas para la Junta de Gobierno. También se hacen medallas con los cordones blancos y verdes para los hermanos.

Construcción del nuevo retablo y restauración de la Virgen

En el año 1.981 se convoca Cabildo de Elecciones, resultando elegido Hermano Mayor Don Enrique Gutierrez Rodríguez. La nueva Junta de Gobierno enfoca todos sus esfuerzos en la construcción de un nuevo retablo para el altar mayor de la Capilla.

En el mes de enero de 1.983 se acuerda y decide la construcción del retablo, aprobandose el proyecto presentado por Antonio Díaz, tallista y dorador, el cual se inspira en los datos que se le facilitaron del retablo antiguo. El precio del nuevo retablo ascendió a la cantidad de 1.500.000 pesetas. El sábado 26 de mayo de 1.984 el Vicario General del Arzobispo procede a la inauguración y bendición del nuevo retablo.

Ese mismo año, al terminar la Procesión, se observaron desperfectos en la imagen de la Virgen, los cuales fueron examinados por el escultor Don Francisco Berlanga, el cual declara necesaria e inaplazable una restauración. Esta se llevó a cabo por el citado escultor en el mes de abril de 1.985. Ese mismo año se borda el nuevo estandarte de la Hermandad por las monjas del Convento de Santa Isabel de Sevilla y se restauran los ángeles que lleva el paso.


Fuente: Apuntes Históricos de la Hermandad y Capilla de la Virgen del Rosario. Don Antonio Gutiérrez Rodríguez, Pbro.